PREHISTORIA Y EDAD ANTIGUA
Los orígenes del asentamiento urbano en la huerta y
alrededores de Alicante se remontan a la aparición de poblados íberos que datan
del siglo III a.C. Y son los colonos griegos, los que tomaron como
referencia marítima para la navegación de cabotaje al monte Benacantil
llamándolo Akra Leuka («Promontorio Blanco»), si bien no hay certeza de
edificaciones de aquella época, si sabe que
Amilcar Barca el cartaginés, situó allí su principal acuartelamiento
militar por las posibilidades que ofrecía su cima.
En el 201 aC. Los
romanos capturan la ciudad íbera del cercano Tossal de Manises conocida como
Leukante o Leukanto (Lucentum es una latinización del nombre original que sólo
existió en los mapas romanos) que contaba con un aceptable puerto
marítimo-fluvial. Éste será el primer solar de lo que con el tiempo se
convertiría en Alicante.
Junto al poblado de Leucante (Lucentum) se encuentra una
zona cenagosa e insalubre y hace que
deje de ser adecuado como el puerto y queda el asentamiento rodeado de marismas
y pantanos palúdicos insalubres, por lo que su población se va desplazando
progresivamente hacia las faldas del Benacantil, dando lugar al verdadero
origen del actual casco urbano.
EDAD MEDIA
Periodo islámico
Entre el 718 y 1248 la ciudad cae bajo dominio islámico,
pasando a llamarse Medina Laqant o Al-Laqant (obsérvese que el topónimo
valenciano es Alacant). Durante este periodo, la ciudad siguió los destinos de
Al-Ándalus y tras el desmembramiento del Califato de Córdoba perteneció a las
Taifas de Denia y Almería. Hoy en día pueden observarse restos arqueológicos de
la medina islámica junto al ayuntamiento de la ciudad.
Conquista cristiana
En virtud del tratado de Cazorla (Soria, 1179) entre Alfonso
VII de Castilla y Alfonso II de Aragón, la frontera meridional de Aragón se
fijaba en la línea que une Biar, Castalla, Jijona y Calpe. Por lo tanto Alicante
pertenecía a la zona de expansión castellana.
Aunque en principio se procedió a repoblar la ciudad, la
carencia de suficientes pobladores cristianos unido a razones económicas
prolongó la permanencia de la población musulmana. Sin embargo, el gobernador
de Alicante, Zayyan ibn Mardanish, no aceptó el pacto y fue obligado acompañado
de muchos pobladores a abandonar el área en 1247, fecha en la que comienza la
soberanía castellana de Alicante.
Por el Tratado de Almizra firmado en 1244 entre los reyes de
Castilla y de Aragón, en el que se fijaron los límites de la expansión de sus
respectivos dominios en la línea de Biar a Villajoyosa, Alicante permaneció
bajo soberanía castellana por un espacio de 48 años. El rey Alfonso X el Sabio,
una vez tomada la villa a los andalusíes, conmemora la victoria denominando al
castillo árabe construido sobre el monte Banu-l-Qatil (de donde proviene
«Benacantil») «de Santa Bárbara», por coincidir esta festividad con el día de
la toma de la ciudad por la cristiandad.
Desde el principio, Alfonso X el Sabio intentó establecer en
Alicante un grupo de cristianos numeroso dada la importancia militar y
mercantil de la villa, pero el proceso repoblador fue lento y se prolongó a lo
largo de todo el siglo XIII. Los repobladores cristianos, principalmente
castellanos y leoneses, recibieron todo tipo de privilegios y franquicias para
facilitar su asentamiento. Con esta finalidad de asegurar mejor su creciente
poblamiento e impulsar más activamente su mayor promoción económica y
comercial, en agosto de 1252 Alfonso X otorgó a la ciudad el Fuero Real, muy
parecido al de Córdoba.
Corona de Aragón
Alicante fue conquistada en abril de 1296, a pesar de la
resistencia del alcaide del castillo Nicolás Peris, terminando con la soberanía
castellana. La conquista fue, en parte, facilitada por los colonos cristianos
de origen catalán o aragonés (como, por ejemplo, la ayuda de la familia
Torregrossa, de cuyo escudo se basa el actual blasón de la ciudad). Aun así,
Jaime II respetó los privilegios e instituciones anteriores aunque adaptándolas
a la nueva situación política.
El crecimiento de principios de siglo XIV se vería truncado
a partir de 1333, cuando ya el hambre se dejó sentir en Alicante, primera señal
de la crisis que se acercaba: la
Guerra de la
Unión (1348), la Peste Negra (1348) y la Guerra de los Dos Pedros
(Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón) entre 1356 y 1366 que tuvo en
Alicante uno de sus principales escenarios. La villa estuvo en manos
castellanas y parte de la población emigró, murió o cayó cautiva. Como
consecuencia de ello, la población se vio reducida a la mitad. Pedro IV el
Ceremonioso dictó numerosas medidas para reactivar la economía y la paz social,
aunque esto no evitó el ataque contra los judíos de 1391 que acabó con la
presencia de esta comunidad en la sociedad alicantina.
Durante el siglo XV Alicante continuó creciendo y una
próspera agricultura orientada hacia la exportación (vino, frutos secos,
esparto) impulsó un notable desarrollo del puerto y una clase media que
controlaba el gobierno municipal. La población continuó en aumento y este
progreso sirvió de justificación aFernando el Católico para otorgarle el título
de ciudad en 1490.
EDAD MODERNA
En 1510 Alicante era la quinta ciudad del Reino de Valencia.
Desde la obtención del título de ciudad el desarrollo institucional, económico
y demográfico de Alicante fue palpable. El puerto se convirtió durante la Edad Moderna en el
más importante del Reino de Valencia y propició el asentamiento de colonias de
comerciantes extranjeros que imprimieron un gran dinamismo al tráfico
mercantil. El puerto además se convirtió en punto de salida de los productos de
La Mancha y en
un eficaz redistribuidor de algunos productos coloniales y de salazones
llegados del norte de Europa.
Alicante fue objetivo militar en prácticamente todos los
conflictos bélicos. Así fue casi destruida en 1691 por la escuadra francesa que
dirigía el almirante D'Estrées y durante la Guerra de Sucesión fue ocupada alternativamente
por austracistas y borbónicos. La voladura parcial del Castillo de Santa
Bárbara por parte del caballero D'Asfelt determinó la salida de los aliados de
la ciudad y el triunfo borbónico en esta parte del Reino de Valencia. La Guerra de Independencia
dejó también sus secuelas como consecuencia de la crisis de subsistencia y de
los gastos militares, se construyeron nuevas murallas y el Castillo de San
Fernando, aunque las tropas francesas no llegaron a ocupar la ciudad.
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
Siglo XIX
El primer club republicano se abrió en Alicante alrededor de
noviembre de 1868, y esta tendencia política triunfó en las elecciones
municipales de 1870.
La provincia de Alicante nació como tal en las Cortes
liberales de 1822.En 1847 comienza la ampliación del puerto, y en 1858 finaliza
la construcción del ferrocarril entre Alicante y Madrid. Entre 1854 y 1878 se
derruyeron las murallas de la ciudad.
Durante el periodo 1920–1935 la economía alicantina se
decantó por la industria mientras la agricultura entraba en una segunda
crisis. Alicante fue una de las ciudades donde los republicanos ganaron las
elecciones municipales de 1931 y durante toda la II República los
partidos de izquierdas mantuvieron una mayoría holgada. El primer alcalde de este periodo fue Lorenzo Carbonell
Santacruz, elegido en la candidatura republicano-socialista, que con un 81% de
votos realizó diversos proyectos urbanísticos de importancia y fomentó la
construcción de escuelas públicas. En 1933, con la llegada del sufragio
universal, votaron por primera vez las mujeres alicantinas, ganando el PSOE y
en las elecciones generales del 16 de febrero de 1936 triunfó el Frente Popular
con un 80,72% de votos.
Otro suceso
importante fue el fusilamiento del dirigente falangista José Antonio Primo de
Rivera, que se encontraba preso en Alicante, el 20 de noviembre de 1936. Como
represalia Alicante sufrió el famoso Bombardeo de las 8 horas pocos días
después.
La ciudad sufrió durante la guerra 71 bombardeos que
causaron la muerte a 481 personas y el derrumbe de 705 edificios. El ataque que
causó más víctimas fue el Bombardeo del 25 de mayor realizado por aviones
italianos Savoia a las 11 horas del domingo 25 de mayo de 1938 cuando, tras
soltar 90 bombas, murieron 313 personas, en gran parte mujeres y niños que se
encontraban en el Mercado Central. Muchos historiadores actuales sobre la Guerra Civil española
coinciden en equipararlo con el Bombardeo de Guernica.
A pesar de los bombardeos, la ciudad permaneció fiel a la República hasta el final
de la Guerra y
por ello fue objeto de técnicas de debilitamiento psicológico como por ejemplo
el lanzamiento de pan blanco envuelto en lemas fascistas en época de hambre.
Puesto que Alicante fue de las últimas ciudades en caer en manos de las tropas
franquistas, en el puerto se vivieron escenas dramáticas entre los que
esperaban buques para partir al exilio; había orden de matar a toda persona que
se encontrara en la zona intentando huir, los buques extranjeros no aceptaban
recoger a nadie debido a la amenaza existente sobre el hundimiento de cualquier
barco que recogiera exiliados; los únicos barcos que corrieron el riesgo por
salvar a la población civil fueron los argelinos y otros barcos como el
Stanbrook que partió del puerto sobrecargado. Centenares de alicantinos
partieron hacia Orán, creando una colonia estable y un hermanamiento entre las
dos ciudades que todavía hoy persiste.
En la tarde-noche del 30 de marzo de 1939 entraban en la ciudad las unidades de la División Littorio, comandada por el general Gambara, con un ostentoso desfile delante del Ayuntamiento y las principales calles de la ciudad. La represión consecuente fue considerable al considerarse la ciudad y la provincia como «rojas». Los últimos detenidos republicanos en la guerra lo fueron en el puerto de Alicante, y la mayoría sufrieron la estancia en el campo de concentración de Los Almendros Al terminar la guerra, el alcalde Luciáñez propuso que la ciudad pasara a llamarse Alicante de José Antonio. Pese a aprobarse nunca llegó a producirse el cambio.
En la tarde-noche del 30 de marzo de 1939 entraban en la ciudad las unidades de la División Littorio, comandada por el general Gambara, con un ostentoso desfile delante del Ayuntamiento y las principales calles de la ciudad. La represión consecuente fue considerable al considerarse la ciudad y la provincia como «rojas». Los últimos detenidos republicanos en la guerra lo fueron en el puerto de Alicante, y la mayoría sufrieron la estancia en el campo de concentración de Los Almendros Al terminar la guerra, el alcalde Luciáñez propuso que la ciudad pasara a llamarse Alicante de José Antonio. Pese a aprobarse nunca llegó a producirse el cambio.
La década de los sesenta trajo el desarrollo económico y el
crecimiento demográfico que continuó en las décadas siguientes. La economía
evolucionó hacia el sector servicios, especialmente hacia el turismo, y se
produjo el mayor desarrollo urbanístico de la ciudad, con el nacimiento de
nuevos barrios en el extrarradio.
Con la llegada de la democracia el gobierno de la ciudad
pasaría a manos del PSPV-PSOE desde 1979 hasta 1995, y desde entonces gobierna
el PP. En la década de los ochenta se trató de solucionar el caos urbanístico
mediante la creación de nuevas vías de comunicación (Gran Vía, Vía Parque) y la
dotación a la ciudad de centros de salud, colegios públicos, institutos,
centros sociales y demás servicios municipales, en especial en algunos barrios
que nacieron en la etapa desarrollista.
Un problema debido al clima mediterráneo, pero también del
cambio climático y del urbanismo, son las inundaciones. El 19 de octubre de
1982 caían 220 mm
en la ciudad, un nuevo récord de lluvia en menos de 24 h que causó numerosas
pérdidas materiales. La Rambla
de las Ovejas llegaría a 400 m³/s, su máximo histórico, y sembraría el caos en
el barrio de San Gabriel, con dos muertos, lo que motivó que tras la riada
fuese canalizado el tramo final de la rambla.
El 30 de septiembre de 1997 se vuelve a batir el
récord de lluvia con Siglo XXI
Con el nuevo siglo, Alicante ha conocido un crecimiento
demográfico excepcional fruto de la llegada de inmigrantes. Esto, unido a que
las generaciones más numerosas son las que actualmente están buscando vivienda,
ha causado un nuevo auge urbanístico que conlleva una expansión urbana.
Para mejorar las comunicaciones se está llevando a cabo la
construcción del TRAM Metropolitano de Alicante, una combinación de tranvía y
metro ligero. Ya se ha conectado el centro de la ciudad de Alicante con
Benidorm, y se espera que esta línea se prolongue hacia las localidades del
norte de la provincia (Denia). En el futuro se espera que se conecte con el Aeropuerto
de Alicante, con el IFA, y con la vecina ciudad de Elche. La Avenida de Denia (entrada
norte de la ciudad) también está siendo remodelada totalmente.
Por otro lado, en la zona sur de la ciudad están funcionando
los estudios de cine Ciudad de la
Luz , donde anualmente se ruedan películas y series de ámbito
nacional e internacional. Otros proyectos que se están llevando a cabo son la
expansión de la Universidad
de Alicante dentro del término municipal, o la organización de eventos
deportivos como la Volvo
Ocean Race.